...no creía en lo que veía, y siempre sospechaba que en cada persona la vida auténtica, la más interesante, transcurría bajo el manto del misterio, como bajo el manto de la noche...

Antón Chéjov, La dama del perrito

sábado, 2 de febrero de 2013

un día cualquiera



(Fotografía de Jorge Molder)



Pruebo a abrir los ojos en la obscuridad. A apartar las mantas en la obscuridad. A ponerme en pie y extender las manos hacia el entorno invisible para no tropezar en la obscuridad. He aguzado la vista sin conseguir ver nada a través de la impenetrable obscuridad. He tenido la extraña y estúpida sensación de que la obscuridad me liberaba: no ver la geometría del espacio ni la limitación de los objetos ni los pasillos por donde desplazarme hace creer que todo ha desaparecido. He sentido el calor que se fugaba de mi cuerpo desnudo en medio de la obscuridad. El frío exterior iba llegando con su obscura impunidad. Ha habido un instante en que el choque de temperaturas sobre la superficie de mi piel me ha sobrecogido. He pulsado con las manos cada zona de mi cuerpo que iba enfriándose desigualmente. Me he vestido a obscuras, palpando los pliegues y las líneas de la ropa para no errar. He subido la persiana ante la obscuridad de fuera. He abierto la ventana y entraba más obscuridad. Qué hacer en medio de la obscuridad. No se puede uno mover sin riesgos en medio de la obscuridad. Los recorridos son titubeantes y cortos. Los movimientos se efectúan tan excesivamente prudentes como inútiles. Hay una cierta placidez protectora que llega desde la obscuridad. Engañosa o efímera, llegas a creer que estás seguro en la obscuridad. Pero acabas sintiéndote cansado rodeado por su inclemencia. Pregunta torpe que suena a traición: ¿Debería volver a la cama? Pero nada sería igual a un momento anterior. El hábitat no es solo el espacio de un jergón. La morada no existe sin el animal que la ocupa. El animal no es el mismo porque ha perdido su sueño, donde veía, y ahora todo se limita a esta maldita obscuridad. Debo estar de pie, me estiro para confirmarlo. Los sentidos ven cuando tú no ves. He cerrado los ojos, acto a través del cual todo es posible. Ha pasado tiempo y el tiempo también es obscuro. Y de pronto el resquicio ¿de una luz?, que aun proveniente de la obscuridad, quiere ser otra cosa, o quieres pensar que es otra cosa. Pero la obscuridad es como el desierto: te proporciona espejismos. Para qué abrir los ojos. Pongo los dedos en los párpados para tener la certeza de que aquella luz no se va a escapar. La luz se confirma. Quiere creer que desafía la obscuridad que todo lo expone, lo tiñe, lo ocupa. Debe haber una esquina de la noche donde se produzca el encuentro. Y luzca la luz.
  

18 comentarios:

  1. Debemos confiar en esa luz, que después de la oscuridad siempre llega la luz.

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    1. Por esperar que no sea...Vivimos de esperanzas en remontar cada paso, cada día, cada límite...

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    2. Hola!, es un placer.
      ¿Esperar, perseguir, abrirse a la luz?...También es cierto que hay un combate permanente con el pensamiento.
      Todos los comentarios y respuestas me gustan, y me gustaría responder, pero ahora, esta noche, prefiero dejar mi comentario aquí, a ti, en éste!...El deseo y la esperanza en remontar cada paso, cada día, cada límite...Saludos.-

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    3. También hay un combate con las imágenes, sean ideas, sueños o simulaciones. Bienvenida a este espacio.

      Vuelve y comenta cuando tengas ganas, Calamanda.

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  2. La morada no existe sin el animal que la ocupa.

    Esa frase, cuantos registros tiene.
    Me deja tan impresionada este relato Dame que solo puedo felicitarte, es fantástico.

    buenos días con todas las esquinas proyectando esa luz

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    1. Pues sí, tiene sus registros. Puede ser un espacio, pero una morada es un paso adelante, un salto de calidad: el individuo animal, de la especie que sea, que habita el espacio. Entonces una morada adquiere significados que superan la geometría y los vacíos.

      Me sacas los colores, pero si tu percepción es grata, pues qué bien. Doblar siempre la esquina, persiguiendo luz.

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  3. No recordaba que oscuridad se pudiera escribir con b: me has dado luz de sapiencia :)
    Por una vez me he fijado más en la forma que en el fondo, toca volver a leerlo...

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    1. Probablemente obscuridad es arcaísmo. Aunque no se use y yo mismo la recupere aun a riesgo de parecer pedante y arcaico, es que el sonido me encantaaaaa. Se desarma el vocablo. Es como si mientras la oscuridad se lo pensara.

      ¿No es el lenguaje sino un sistema de imágenes? Juguemos con él. Fijarse en la forma es algo frecuente. A mí hay textos que me llevan al huerto solo por la forma.

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  4. Puede ocurrir que no haya oscuridad, que todo sea la nada, sin geometría, sin luz y todo sea el vacío absoluto que se cierne sobre un cuerpo que tiende también a la nada y al silencio. El pensamiento, así las cosas, será el espejismo de sí mismo.
    Te felicito, es un buen texto.
    Salud
    Francesc Cornadó

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    1. Y es como dices, Francesc. ¿Llamamos oscuridad a la mera inexistencia de la luz? NO, creo que dotamos al término de más proyección. El pensamiento tiene mucho de espejismo, de falso reflejo, de desfiguración e incluso de nebulosa, pero es la herramienta imprescindible. Hay un combate permanente con el pensamiento, con las ideas y percepciones que nos llevan a configurar un discurso.

      Salud y gracias por tu seguimiento aportador.

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  5. A la luz le cuesta salir de entre la bruma, de entre la oscuridad. de entre nosotros.

    Saludos

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    1. Naturalmente. Pero ¿qué no tiene esfuerzo en cualquiera de las manifestaciones de la vida en general, de la nuestra en particular? Y cuando sale, cómo la acogemos, aunque detrás pueda haber espejismos...

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  6. Me ha dado cierta sensación de claustrofobia y de agobio esa oscuridad..aunque a veces la necesito,la excesiva luz agrede a los ojos,la noche reclama siempre el silencio y el recogimiento..

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    1. Sobre percepciones no hay nada escrito, Ico. La oscuridad tiene su lenguaje. Lo queramos o no hablar es otra cosa. Por supuesto, si concebimos lo oscuro como cerrado, estamos perdidos. Si buscamos luz interior, es otra cosa. Luz y oscuridad propenden a sus propios extremos. Ahí nosotros, cada cual, elegimos.

      Gracias.

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  7. Preciosa tu prosa, se desliza suavemente como una procesión de aconteceres y en medio de la obscuridad entre temor y expectativa ves un rayo de luz. Deshabitado de todo lo material, narras en forma magistral tu momentum… Sin la obscuridad no habría luz y la luz es sinónimo a vida y la vida es Amor que se busca incansablemente.
    Texto intachable…me ha encantado.
    "Debe haber una esquina de la noche donde se produzca el encuentro. Y luzca la luz."
    Un abrazo a la distancia.

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    1. ¿No es la vida un intento continuo y desigual por procurarse el encuentro uno consigo mismo?

      Desde la obscuridad...

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  8. ...da margen a múltiples significados: la obscuridad, la luz, el contraste, el encuentro, las sensaciones... ¡¡¡Muy bueno!!!

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