(Fotografía de Martin Stranka)
La última vez que le vi fue en Alexanderplatz. Se presentó en el café con retraso, algo inhabitual en él. Manchas rojas y azules en la pechera y las mangas de la camisa. También en los zapatos. Parecía abatido, descuidado. No se trataba del premeditado aire bohemio que algunos de su oficio habían exhibido como seña de identidad. Me saludó severo pero con afecto. Luego pidió un capuchino, depositó un cartapacio de bocetos en el banco y permaneció callado. Imaginé que aquel estado podía ser causado por su trabajo, cuya orientación venía cambiando confusamente desde hace tiempo. Puede que también por las acusaciones tendenciosas que algunos críticos mediocres habían vertido sobre él, juzgándole de manera gazmoña y moralista, sin considerar la nueva expresión de su obra. Acaso hubiera padecido un desamor. Mi amigo siempre había sido un apasionado de los sentimientos. Lo demostraba en el empleo de los colores, pero también en las conversaciones ordinarias, si bien no era hombre de gastar demasiadas palabras. También se manifestaba cálido en los afectos. Se entregaba con sinceridad pero recogiendo a cambio desgaste. Incapaz de llevar a buen puerto los compromisos las mujeres le acababan dejando por imposible. “¿Trabajas mucho?”, dije por animarle. “Sí, pero ya no es por encargo. No me interesa. Es por desquite”, contestó mirando los círculos espumosos del café cargado. “¿Qué estás pintando ahora?”, le pregunté. “Monstruos”, respondió escueto. “¿Y eso? Siempre te había gustado hacer retratos de gente pudiente. Y además te pagaban bien”, insistí. “Por eso pinto ahora monstruos. Son esa misma gente pero de otra manera. Son los que han estado siempre y otros que llegan en manada”. Comprendí de pronto por qué los tonos rojos, los azules y los negros eran tan intensos en sus obras. Y cómo había huido de los matices intermedios. No he podido cerrar desde aquel día la herida.
Y al final, todas las artes deberían describir monstruos y hasta atacarlos con piedras. Que ese poder tiene...
ResponderEliminarMuchas artes y muchos artistas han combatido los monstruos. Pero el arte tiene larga trayectoria e intención, y los mecenas y protectores han existido para pedir algo a cambio. Eso nos llevaría a considerar la libertad de criterio del artista.
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ResponderEliminarEn estos días tan especiales llegue a ti mi cariño con el deseo:
Que siempre tengas palabras cálidas en un frío anochecer,
Una luna llena en una noche oscura,
Y que el camino siempre se abra a tu puerta.
Que los problemas te abandonen, los ángeles te protejan, y que la luz te cubra acunándote.
Para ti y seres queridos Feliz Nochebuena...Feliz Navidad!!!!!
Me apuntaría a todo, Abuela C. pero eso ¿cómo se toca?
EliminarSu pincel por fin se sacó la venda, ahora los colores mandan más allá del lienzo, hasta llegar a su mente.
ResponderEliminarSaludos Blanche!
Pagando probablemente un precio elevado, el más elevado en algunas circunstancias...los monstruos fueron enormes e inmisericordes, y se vengaron a su vez...mira la historia.
Eliminar...y una vez pintados , destruirlos para que la vuelta nunca más sea posible.
ResponderEliminarlos calidos colores y hermosas pinturas sirvan para desearnos tiempos mejores.
salut .
Creo, Nanis, que hay que estar generando permanentemente artistas, enfoques y rebeldías porque los monstruos siempre resucitan. Salut.
EliminarMonstruos con o sin careta, tampoco hay mucha diferencia. Cómo mola Alexanderplatz
ResponderEliminarLos monstruos descarnados suelen ser con frecuencia los que más gastan careta, los que van de honorables ciudadanos hasta que revelan sus oscuras intenciones...
EliminarSí, la Platz mola mucho, antes mucho más.
¡qué bien que está este relato!
ResponderEliminarsaludos
Esa frase sencilla me produce satisfacción, Omar. Muchos saludos.
EliminarLos artistas ven más allá, ven un fondo que terminan plasmando en sus obras.
ResponderEliminarBuena entrada, me gustó leerte.
Un saludo.
Incluso muchos que no son artistas ven con perspectiva y anticipación, pero se le guardan en su interior, reconcomiéndose. Gracias por visitar el blog.
EliminarVengo del blog de cuadernobreve de Antonio Marset y me ha encantado tu Rincón; por lo cual, si no te importa, me gustaría ser seguidor de tan bello Espacio, que es el Tuyo.
ResponderEliminarPor favor, Pedro Luis, puedes pasar y parar cuanto gustes. Un saludo y bienvenido.
Eliminar**.°★。˛ °. *★* *˛. Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo˛ °_██_* ˛. (´• ̮•)*˛°ƸӜƷ ¸.•°*”˜ ƸӜƷ ˜”*°•. ✫** .°( . • . ) ˛°.ƸӜƷ ¸.•°*”˜ ƸӜƷ ˜”*°•. ✫** *(...'•'.. ) *˛╬╬╬╬╬----♥Con todo mi amor ♥
ResponderEliminarMaribel
Vaya, tal vez mis antiguas clases de criptología puedan serme útiles ahora. Disfrute, Maribel.
EliminarCreo que siempre supo lo que pintaba, ahora, simplemente, dejó que los demás lo vieran. Besotes
ResponderEliminarSiempre lo supo, y ahora deja que vean los demás su alma profunda. Gracias.
Eliminarconciso... crítica severa... espejo poco grato.... saludos y gracias.
ResponderEliminarInteresante tu mirada. Soy receptivo a cualquier valoración que hagas de los textos. Saludos.
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