Todas las mujeres de la ciudad quieren que el artista fotógrafo las fotografíe. Altas, medianas o bajas, gigantas o chaparras, rellenitas o escuálidas, púberes o avanzadas en edad, obreras o burguesitas, tímidas u osadas, desean ser inmortalizadas. Sublime tentación la tramposa inmortalidad que proporciona una imagen. Cierto que piden imposibles. La mujer mayor le insiste al artista en que la saque como la mujer de los treinta años (edad que consideran fabulosa) Las de mediana edad como adolescentes (edad prohibida que quisieran volver a habitar) Las muchachas quieren aparentar ser mujeres asentadas (locas ganas de adelantarse al tiempo) Las obesas, que muestren menos volumen y las flacas, que resulten mejor pertrechadas. Las obreras piden salir más elegantes y las de clase bien que estén menos emperifolladas. El artista tiene mirada para todas y a todas complace. Ellas se van de las sesiones de gabinete en que han posado como si salieran de un tratamiento de belleza. Bastantes mujeres repiten. Algunas no quieren volver a su estado cotidiano porque, presas de la sugestión, afirman: "por suerte no soy la misma y no pinto ya nada en la vida que he llevado". Misterios de la fotografía.
Adoro la fotografía. Pero por otras razones. :)
ResponderEliminarPor supuesto, Francesca, hay muchas razones.
ResponderEliminarAunque a veces uno quisiera salirse de algunas...Un abrazo.
ResponderEliminarLa bellesa física no és suficient per quedar bé, diuen, cal tenir vida interior. Però les fotografies solen delatar els defectes tant com amagar-los.
ResponderEliminar¿Es tu percepción, Darío?
ResponderEliminarUn abrazo.
Indudablemente, estoy contigo Helena. Sin la hermosa vida interior los individuos serían estatuas. ¿No hay muchas estatuas andantes por la calle?
ResponderEliminarSoy fotógrafa aficionada, y, por mucho que una persona quiera salir de una determinada manera u otra, siempre hay algo que le delatará : su mirada .
ResponderEliminarMe quedo por aquí, con tu permiso .
Besos de gata .
Tomo nota de tu opinión, enriquece puntos de vista. Por supuesto, puedes pasearte por aquí.
ResponderEliminarA veces salgo a la calle y me encuentro con mujeres que parecen vivir en Sexo en Nueva York, pero no, se trata de un pueblo de 40.000 habitantes de las Rías Baixas. Creo que ese fotógrafo del que hablas hoy en día se corresponde con los fotogramas de esa serie, que es donde esas mujeres parecen querer vivir...Me gusta este texto y la idea en la que se sustenta es muy ilustrativa de cómo somos las mujeres(lamentablemente...) Beso
ResponderEliminarVera, el "tv life system" ha penetrado hasta en las aldeas. No te extrañes demasiado. Pues no he visto nunca esa serie, estoy demodé, igual si la hubiera visto no hubiera dibujado ese personaje, porque no soy precismente un entusiasta de las series. Un abrazo.
ResponderEliminarHay algo que está claro. Muchos años de adoctrinamiento con la imagen han creado las estatuas de las que se habla mas arriba en los comentarios. Estatuas que caminan huecas.
ResponderEliminarPersonalmente yo me quedo con las miradas, sean estáticas en una foto o en vivo con plenos movimientos.
De nuevo, buen texto Dame Blanche.
Es que las imágenes con que nos adoctrinaron (o lo pretendieron) estaban muertas hacía mucho. Todas las doctrinas -por lo general dogmáticas- nacen muertas, porque no transmiten vida sinoo vaciedad.
EliminarEres muy amable.