...no creía en lo que veía, y siempre sospechaba que en cada persona la vida auténtica, la más interesante, transcurría bajo el manto del misterio, como bajo el manto de la noche...

Antón Chéjov, La dama del perrito

sábado, 22 de septiembre de 2012

visita


(Fotografía de Martin Stranka)


No es que el burdel estuviera oculto; simplemente pasaba inadvertido. Nada indicaba desde el exterior que se ubicara en aquella casa que no era ni vieja ni nueva, ni alta ni baja, ni elegante ni cochambrosa. Le franqueó la entrada una mujer de mediana edad que aclaró que ella se ocupaba exclusivamente de mantener la vivienda y admitir a los clientes. Un recibidor conducía a una sala más amplia, que recordaba la consulta de un médico. “¿Desea alguna chica en concreto o prefiere verlas a todas?”, le preguntó la mujer con una educación exquisita. Y él: “¿Hay muchas?”. “Solo una en estos momentos”, le respondió ella. Le dieron ganas de reír, pero lo dejó en mueca. “Luego no tengo elección”, y dotó a sus palabras de cierta ironía, que la mujer paralizó. “Por supuesto que sí. La que está es muy polifacética. Le sorprenderá. Deseará volver”. El hombre no lo entendió o lo entendió al uso tradicional. La madama le condujo a una habitación sencilla pero cómoda. Esperó muy poco. Entró una mujer atractiva, avanzada en la treintena, que se dirigió a él con una sonrisa clara y prudente. “¿Qué cuento quiere que le lea?”, le inquirió sin más preámbulos. La miró desazonado, con una curiosidad que le alejaba del deseo. “¿Cuento? Yo vengo a…” “Sí claro, usted preferiría una narración larga pero le aseguro que uno de mis relatos será más intenso”, precisó la mujer. “Elija con calma, pero no tarde. No nos dejan disponer de demasiado tiempo. Si le parece, le voy a ayudar. ¿Le gustan las historias de bandidos, las de amantes, las de guerreros o acaso una de mercaderes nómadas? Puedo ofrecerle más, si le parece”. La perplejidad del hombre fue cediendo a medida que se sentía atraído por la propuesta . “¿Cuál es la mejor?”, preguntó. “Oh, todas son muy buenas. Eso depende de usted. De su estado de ánimo o de las circunstancias presentes de su vida”, aclaró ella. “ Tuvo la sensación de que la mujer iba apoderándose de su interior y que le invitaba a abandonarse a lo imprevisto. “Yo…soy un fracasado. Debe haber algún cuento que compense mi angustia”, musitó vergonzoso. “En ese caso le va a fascinar este sobre un saltimbanqui que recorrió el mundo porque no encontraba el amor”, sugirió Sherezade mientras se sentaba a su lado al borde de la cama. Extendió el brazo sobre los hombros del visitante y con voz susurrante pero firme comenzó: “Una vez llegó a un burdel un saltimbanqui abatido porque había perdido la confianza en sí mismo…”


18 comentarios:

  1. Muy bueno y redondeado, eso mola. Gracias, un abrazo

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  2. Yo querría saber más del saltimbanqui...
    Muy bueno. Me ha gustado mucho.
    Abrazo.

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    1. Cualquier día aparece de nuevo. Es un saltimbanqui, no lo olvides. Gracias pues.

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  3. Me encanta esta prostituta que ejerce de Sherezade, atendiendo como es debido a las carencias emocionales de sus clientes.¡Un lujazo impagable!

    http://www.youtube.com/watch?v=auwtcz2WaFQ

    Un abrazo.

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    1. Curioso ese vídeo, un poco en línea análoga. Es que Sherezade fue capaz de todo...¡si salvó su propia vida, imagina!

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  4. Una vuelta de tuerca a las mil y una noche.
    He disfrutado. Un abrazo

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    1. De alguna manera, las mil y una noches es la vida misma, y las vueltas de tuerca vienen bien si inciden en las fantasías. Qué libros tan maravillosos los de Las mil y una...y qué poco leídos. Una brazo.

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  5. Voy a sentarme con calma a elegir...

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  6. ¿Hay cuento de un navegante de sábado?

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  7. Su ahí encontro por momentoi su confianza. Saludos cordiales.

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  8. Sagaz Esperanza, momentánea o pasajera no quiere decir que no valga. Puede ser el principio de una confianza más consolidada...leer y escuchar lo garantizan.

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  9. És molt ben trobat de capgirar el que faria una prostituta pel seu client.

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    1. Supongo, Helena, que no todas las mujeres de ese oficio son precisamente Sherezades...

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